El hospital El Cruce -Néstor Kirchner-, marca irónicamente el primer roce de poder entre la administración de María Eugenia Vidal y la de Mauricio Macri.

Es una institución modelo en territorio bonaerense, de alta complejidad, con influencia en Quilmes, Florencia Varela, Berazategui y Almirante Brown que trabaja en red con la provincia. Es de hecho el nosocomio más importante después del Hospital Posadas, con un presupuesto de 800 millones anuales.

Al hospital Néstor Kichner, que queda en el cruce de Florencio Varela, lo dirige Arnaldo Medida, hombre cercano al cacique local, Julio Pereyra. Al interior de la institución tiene influencia el Movimiento Evita, tal como sucedió durante el kirchnerismo que le entregó resortes de poder a las agrupaciones y movimientos sociales que sostenían su “gobernabilidad”.

Está financiado en un 75% con fondos de Nación y en un 25% con recursos provinciales. Lo que comenzó a plantear el Gobierno es que donde hay mayoría de financiamiento nacional, el mando debe ser del Ejecutivo. Esa es la línea que intentan llevar a la práctica en los organismos donde hay recursos compartidos.

Con esa carta en la mano, el ministro de Salud Jorge Lemus pretende tomar las riendas del hospital y poner allí a su gente de confianza. El conflicto es que la responsable de la cartera en la Provincia, Zulma Ortiz, quiere que Medina se quede. Mientras que el director salió a ser respaldado además por la comunidad de la institución, que ante los rumores sacaron un comunicado a su favor.

Ortiz protege a Medina por el vínculo que los une de tiempo atrás, en que el director del hospital inaugurado en 2007 contrató a la actual ministra para un programa de investigación. 

Lo cierto es que se desató una batalla campal por este tema, y en ambos gobiernos están observándola como un caso testigo. Se trata del primer caso visible de roce entre el gobierno de Vidal y Macri.

El hospital acaba de elegir una nueva conformación del Consejo de Administración, en medio de los rumores de la remoción de las autoridades.

La comunidad de la institución, integrada por médicos, enfermeros y técnicos sacaron un comunicado la semana pasada en donde manifestan "el apoya a sus directores actuales, no sobre la base de simpatías políticas o personales, sino por la excelencia de su gestión" y que "desea hacer pública la convicción de que tales logros han sido posibles gracias a las capacidades profesionales, académicas, humanas y de gestión de los actuales directores, reconocidos en el plano nacional e internacional".

Al hospital sólo se accede por derivación y se tratan los casos más difíciles, además de ponerse en experimentación tratamientos de vanguardia.

La red se completa con los hospitales “Mi Pueblo” de Florencio Varela, “Evita Pueblo” de Berazategui, “Iriarte” de Quilmes, “Oller”, de San Francisco Solano y “Oñativia” y “Melendez” de Almirante Brown.